sábado, 20 de junio de 2009

la estrella devuelta


The situation is like the story of the woman on the beach who sees all the starfish lying on the shore. She walks down, picks one up and tosses it into the waves, but there are hundreds more on the shore, so her friend says to her, “What on earth are you doing? Look at all the starfish. You can’t deal with them all,” and she says, “No, I can’t deal with them all. But I can deal with this one—I can toss this one back.”
La situación se parece a la de la historia de la mujer que caminaba por la playa y derrepente ve muchas estrellas de mar esparcidas por la orilla. Se acerca, recoge una y la tira devuelta al mar, pero aún quedan cientos de ellas tiradas en la orilla, entonces su amiga le dice, “Qué estás haciendo? Mira todas las que hay, no puedes con todas”, y ella responde, “No, no puedo con todas. Pero al menos puedo ocuparme de esta, puedo devolver esta a las olas”.
En ocasiones uno tiene que conformarse con ayudar a quien puede, no se puede abarcar todas las necesidades con una mano. Focalizarse y dar todo por un caso específico es a veces mejor que pretender subsanar las deficiencias de miles temporalmente. Conectarse con un problema, en vez de ser arrogante y ofrecer cielo, mar, y tierra.
Alguna vez logré esa conexión, fue tímida, llena de risas y sonrisas, pero no le quité la atención, la hice mi meta y dejé que la sangre fluyera a través de las miradas. El resultado fue un agradecimiento eterno, de la tierra, del cielo ahuecado aguijoneado de estrellas en la noche, del sol que salía a las 6 de la mañana, de la comida, el agua dulce, el dormir cansado y el tiempo que pareció tan efímero.
--si hay algo que recuerdo son miradas—

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