domingo, 18 de abril de 2010

wait and see

En la fuente las luces juegan como serpentinas.

Hay un patrón, una cadencia que lleva las notas mojadas. Es extraño que nunca paré a verlas, ni oí el agua en sus piruetas por el aire. Por eso me quedé apoyada en la reja un rato, mirando, alomejor asi desenredo mis pensamientos.
Están ahí, aunque nunca las vi, ni toque, cada gota ha estado ahí siempre, o al menos eso parece.

Las luces parpadean en el suelo y se proyectan con intensidad en dirección vertical presentando los chorros acrobáticos. Pienso en como todo cambia, mientras en la fuente el agua siempre sigue un fluir habitual, es reconfortante en cierta forma, saber que otro día puedo volver y encontrar el mismo aire familiar. Sin embargo, también es verdad que lo habitual es superficial, el agua que vi hoy puede no ser la misma que veré otro día, mi experiencia es única, aunque no por eso incompatible con cualquier otra. Alguien cerca también puede estar mirando las gotas enfiladas, perderlas de vista cuando estallan hacia el cielo y esperar el cosquilleo en la cara cuando caen en picada. Alguien mas puede estar apoyado en la misma reja, sintiendo el mismo aire fresco, en sintonía con lo que pienso. Aun así, en esta ciudad es difícil. muchos pasan de largo, en auto o a pie, encapsulados en sus problemas miran pero no ven. Hasta ahora yo también, pero hoy hubo una razón para esperar y ver que pasaba frente a mí.

En medio de los sonidos de la calle, se abre un silencio en torno a la fuente, como si el golpe fresco de las figuras de agua provocara un quiebre de emociones que aproxima las miradas.

No estoy sola, hay parejas y familias que también se arriman a la fuente encendida. Se sienten acogidas, correspondidas en lo que piensan, en sintonía con lo que sienten. El agua aparece impetuosa y delicada, joven en su energía y fuerte. Gota a gota unida y constante, y al mismo tiempo efímera; cambia su ritmo; y en un segundo va del estallido indestructible al vapor de la nada. Así refleja lo que las parejas sentadas no se dicen, y lo que las familias de la mano guardan en sus sonrisas.

Después de un rato yo ya estoy intranquila, el ruido de la fuente no me deja pensar con calma, es demasiado fogoso, continuo y me marea un poco.
Me alejo llevando el sonido del agua en mi mente, en una especie de trance paso del agua rítmica de la fuente al aire irrespirable de los tubos de escape en la calle... y parece que todo lo que habia logrado reflexionar se enreda denuevo en mi cabeza.

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